Recientemente, un
estudio realizado por la Universidad de La Plata encontró glifosato (un herbicida potencialmente cancerígeno según la Organización Mundial de la Salud) en
tampones, toallas, algodón, gasas e hisopos. En Argentina ya existe una
alternativa saludable.
"El
85 por ciento de todas las muestras dieron positivos para glifosato",
detalló el doctor en Química Damián Marino, integrante del Espacio
Multidisciplinario de Interacción Socioambiental (EMISA) de la Universidad de
la Plata, a la agencia Telam, el pasado mes de octubre.
"El
resultado de esta investigación es muy grave. Cuando uno utiliza algodón o
gasas para curar heridas o para uso personal higiénico, lo hace pensando que
son productos esterilizados, y resulta que están contaminados con una sustancia
cancerígena",
afirmó por su parte el pediatra Medardo Ávila Vázquez, referente de la Red de
Médicos de Pueblos Fumigados.
Según los
responsables del estudio, los resultados fueron una sorpresa porque su objetivo
era demostrar la presencia de estas sustancias cancerígenas sobre todo en
alimentos. “Con la evidencia científica,
la investigación de la Universidad de La Plata abre una nueva puerta que
deberemos continuar", sostuvieron.
Marino reconoció que:
"Estábamos investigando las derivas
de glifosato en aplicaciones aéreas, esto es, hasta dónde se expande la
sustancia cuando se fumiga y encontramos un estudio, un paper internacional
donde se decía cómo había que realizar el procedimiento". Y continuó:
"Hay una premisa básica en investigación que es que cuando uno termina de
hacer laboratorios tiene que contrastarlo contra algo limpio, y el paper decía
que este elemento eran gasas estériles, de uso médico, es decir las que uno
encuentra en las farmacias", según informa el cable de Télam.
Alternativa
sana y sustentable
Ante este panorama en la Argentina ya existe una
alternativa más higiénica, segura y práctica en reemplazo de los tampones y
toallitas. Con el respaldo de la comunidad científica, Maggacup es la primera copa menstrual
nacional que ya cuenta con más de 13 mil usuarias en el país.
“Las mujeres que cambiaron a la copa menstrual comprobaron que
su uso es más práctico, higiénico y saludable que las opciones
tradicionales. Nuestro emprendimiento surgió luego de ser usuarias de copas
importadas, con la motivación de acercar un producto nacional, con
respaldo científico y todas las certificaciones que se necesitan en nuestro
país”, dijo Luciana Comes, Socia Fundadora de Maggacup, la primer copa menstrual
fabricada en el país. “Una vez que se superan los entendibles reparos
que puede tener alguien acostumbrado a los productos tradicionales, los
testimonios que recibimos de las usuarias son de mucho agradecimiento.
Ellas nos cuentan su experiencia para transmitirla a otras mujeres y
que se animen a probarla”, agregó Clarisa Perullini, Socia Fundadora
de Maggacup.
La copa está confeccionada en suave silicona atóxica
y es 100% hipoalergénica, inhibe el crecimiento de bacterias, respeta la
higiene femenina y evita la alteración del PH. Gracias a estas características,
puede utilizarse hasta 12 horas continuas, realizar cualquier actividad
física, incluso dormir, sin
posibilidad de fugas. Su cualidad reutilizable le proporciona una vida útil de
hasta 5 años.
Además, como empresa
social productora de la copa menstrual ponemos a disposición de las usuarias un
equipo médico conformado por especialistas de la salud que asesoran y guían a
las mujeres en su experiencia de uso.
La copa menstrual
argentina es una solución en el camino hacia la sustentabilidad. Una
alternativa a las toallitas y tampones segura, saludable, practica, económica y
ecológica.
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